Editorial

La cautela del Banco Central

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El dato de IMACEC de septiembre fue sin duda insuficiente para cambiar la percepción de debilidad de la economía chilena. Es cierto que el comportamiento de la minería pudo evitar una caída del indicador global, pero el indicador mensual de actividad económica no minera registró una caída anual de 1,2% en septiembre, anotando un tercer trimestre consecutivo de caídas anuales. Ello confirma que este año el PIB registrará una caída respecto de 2022.

Pese a este débil desempeño, el Banco Central decidió bajar la tasa de interés tan solo en 50 puntos base en su última reunión de política monetaria, menos de lo que esperaba el mercado. Si bien los precios internacionales de algunos commodities se mantienen altos por las tensiones geopolíticas y la política fiscal no ayuda con la contención del gasto -al haberse anunciado un incremento real de 3,5%-, la decisión del Consejo del Banco Central parece en exceso cautelosa.

Aun con la persistencia de nuevas bajas de la tasa de interés de política monetaria, existe hoy un riesgo muy alto de quedar rezagada.

La mayor preocupación por la contención de la inflación pudo haber estado influida por el movimiento alcista del tipo de cambio, que había escalado por sobre los $ 945 a mediados de octubre; sin embargo, si lo que se buscaba era incidir en el mercado cambiario, bastaba con dar una clara señal de preocupación con respecto al movimiento del tipo de cambio, como fue el anuncio del fin de la compra de divisas. Una buena comunicación por parte del ente emisor es la mejor herramienta disponible frente a una variable que depende muy fuertemente de factores internacionales, siendo muy baja la incidencia de la política monetaria en la coyuntura actual.

En este contexto, aun con la persistencia de nuevas bajas de la tasa de interés de política monetaria, existe hoy un riesgo muy alto de quedar rezagada. Se espera que la inflación total, actualmente en 5,1% anual, continúe disminuyendo, para alcanzar la meta del 3% hacia la segunda mitad de 2024. Es muy probable, entonces, que la tasa de interés se mantenga innecesariamente elevada frente a la tendencia que mostrará la tasa anual de inflación.

La evolución reciente del dólar a nivel mundial, así como la baja de las tasas de largo plazo, le permitirán al banco central, siempre cauteloso, avanzar rápidamente con el retiro de la política monetaria contractiva.

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